Aprovechando el fin de semana, no, para nosotros no hay “semana santa” con un poco de suerte los festivos y justitos!! Habíamos quedado para celebrar una comida de amigos con 8 u 9 tragaldabas que nos reunimos de vez en cuando.
Todo parecía que arrancaba con un gran fin de semana por delante, para cuando uno de los amigos se descolgó con que no podía asistir. Este buen muchacho siempre ha sido un hombre de costumbres sencillas, vive en un pueblo de la Guipúzcoa profunda, un trabajo poco estresante y, en general, una vida tranquila.
Solo tiene una gran afición, que es su pasión por la cultura gastronómica. Vamos, que es un buen tragaldabas, pero con un exquisito gusto.
Desafortunadamente, esto de la crisis le ha tocado bien, la empresa para la que trabajaba ha entrado suspensión, le ha enganchado un ERE, en su pueblo hay pocos posibilidades y se encuentra desempleado.
Habíamos reservado hace ya unos meses en Mugariz, templo gastronómico del área, pero nos llamó para comentarnos que lo veía complicado por su actual situación y que lo dejásemos para otro momento.
Tras un pequeño tira y afloja, le convencimos de que lo importante era vernos, por lo que, si él ponía la casa, nosotros las viandas.
Acepto el ofrecimiento, pero ejerciendo de orgulloso vasco, puso una condición, no podíamos exceder de un presupuesto de 15€ por barba. 120€ para dar de comer y beber a 9 tragones (el dueño de la casa no ponía), esto sí que iba a ser un reto!!
Así que empezamos:
Comparamos unas latas de conserva, concretamente el estuche de “tesoros de Costera” que incluye latas de centollo, caviar de erizo y ventresca.
Con esto preparamos unos entrantes, que fueron:
Comenzamos con unas yemas de huevo con caviar de erizo. Es una receta que aprendimos en Arzak, básicamente una tortilla francesa preparada sin aceite (escalfado en un recipiente de plástico), con cebolla pochada, wakame (algas) y las huevas de erizo, como veis en la foto, una presentación preciosa y un sabor a mar increíble.
A continuación unos pimientos de piquillo rellenos de centollo y gulas, con una reducción de tomate, simplemente espectaculares.
Terminamos con una magnifica ensalada de pimientos y ventresca, con un chorro de un magnifico aceite de oliva virgen, reducción balsamica y un puñadito de sal maldon. Cuando algo esta tan rico ¿para qué elaborarlo más?.
Los entrantes los regamos con un vino blanco fermentado en barrica, concretamente un par de botellas de Campillo 2009.
Este vino está elaborado con uva Viura y Malvasia, pertenece a la D.O. Calificada Rioja.
En vista se presenta color amarillo con destellos verdosos, limpio y brillante. En la fase olfativa, se presenta con aroma intenso y complejo, armonizado perfecto entre las notas florales y la fruta blanca madura. Por último en la fase gustativa muestra una entrada suave, la acidez le da frescura. Postgusto complejo con sensación frutada.
Como plato principal nos regalamos un “plato popular, adecuado para las grandes mesas” uno de los mejores marmitakos, que he probado en mi vida.
No hay mucha gente que sepa que el marmitako es un plato de facilísima preparación, que surge de la pesca en alta mar de los marineros vascos o cántabros, que “cocinaban unas patatas con lo que tenían a mano”, de ahí el uso de bonito en este delicioso plato. Para aquellos que lo conozcáis menos, se trata de un guiso de bonito con patatas, cebolla, pimiento y tomate, principalmente. Se sirve caliente en una cazuela de barro.
Este plato lo pasamos con, un tinto de Tempranilllo, fresco, frutal, intenso en matices, carnoso y muy equilibrado, resultado del perfecto equilibrio entre la fruta del vino y la madera de roble de la barrica. ¿Cuál? PradoRey Roble, un vino excepcional, elaborado con la vendimia del 2011. Un año en la cual la cosecha en la Ribera del Duero obtuvo, por primera vez en la historia desde la creación de la Denominación de Origen, la calificación de “Excelente”.
Partiendo de esta premisa, solo podemos añadir que el vino PradoRey Roble 2011 es un vino muy equilibrado, intenso en matices, gracias a la perfecta combinación de las uvas que lo forman: 95% uva Tempranillo; 3% de uva Cabernet Sauvignon; y un 2% de uva Merlot.
Esta combinación da como resultado un vino fresco, frutal y muy aromático, con toques de madera, que le confiere su fermentación en barricas de roble americano y europeo durante seis meses, además de otra posterior (de cinco meses en botella, antes de salir al mercado), que le aportan el cuerpo y estructura característico en este vino tan especial.
En vista se presenta con rojo intense, casi nazareno con ribetes púrpuras. En la fase olfativa, se presenta con aroma notas frescas de frutas rojas y negras, como moras y cerezas, y notas balsámicas de vainilla. Por último, en boca, es un vino equilibrado, con tanino suave y agradable.
Vino redondo y graso. Interesante ensamblaje de toques especiados con frutas del bosque en el postgusto.
Terminamos con un poste muy al gusto del que les habla, un queso con membrillo, pero esta vez no de la zona. Llevamos un queso de tetilla y membrillo portugués (fuerte en sabo y muy dulce, casi miel). En Portugal llaman a este postre “romeo e xulieta”, hagan la prueba, sabrán por qué.
La dolorosa (es un amigo, pero el muy mamon nos hizo demostrale que cumplimos con el presupeusto):
- Tesoros de Costera 1 caja 27€
- Gulas 1 bandeja 3€
- Huevos 3 unidades 3€ (si, las aldeanas de Guipúzcoa saben cobrar bien sus huevos caseros”
- Pimientos 1 kg 5€ (bien cobrado, pero delicioso)
- Tomate triturado 2 latas 2,5€
- Cebollas & Pimientos 3€
- Vino Campillo 2009 2 botellas 6,75€ (botella)
- Patatas 1,5 kilos 5€
- Bonito 1kg 20€
- Prado Rey 2011 3 botellas 5€
- Queso & Membrillo 1 unidad 20€
Total 117,5€ y 9 comensales MUY satisfechos.
Estuvimos a punto de usar el “bono de descuento” que nos regalaron los amigos de Vinopremier.com (era nuestro as en la manga para cuadrar cuentas) pero, al final, no hizo falta.
Hasta la próxima!!