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Fernando López, enólogo de Bodegas Buezo:»Los gurús del vino pueden hacer mucho daño por su falta de objetividad»

Buezo, se trata de una bodega ubicada en el municipio burgalés de Mahamud, que trabaja desde el año 2000 para elaborar vinos con calidad en la Denominación de Origen Arlanza.
La filosofía de Buezo, basada en la conjunción de tradición e innovación, únicamente permite hacer las cosas bien. La finca, las instalaciones y los procesos recogen toda la calidad de la tradición artesanal, apoyados en la última tecnología.

Los vinos Buezo están inspirados en el afán por descubrir cosas nuevas. El buen hacer de bodegas Buezo redescubre día a día la naturaleza de la viña propia para elaborar un vino con nuevos matices y sensaciones. En Buezo combinan la artesanía ancestral de los vinicultores con nuevos procedimientos y tecnologías. Realizan una vendimia manual y una exhaustiva selección tanto de racimos como de bayas, que se elaboran en depósitos troncocónicos de acero inoxidable y tinos de madera francesa.

En todos los trasiegos que realizan en la bodega utilizan la gravedad como único aliado, una forma natural de mantener todas las propiedades de los caldos, que posteriormente descansarán en nuestras barricas de roble francés, centroeuropeo y americano. La situación geográfica privilegiada, uno de los mejores microclimas del norte español para vinos de crianza. El resultado es un vino único, un vino con “b” de Buezo.

Hoy  hablamos con Fernando López, enólogo de Bodegas Buezo, quien nos da su más sincera opinión sobre todos los entresijos del mundo del vino:

V: ¿Cuáles fueron sus inicios en el mundo del vino?

Comencé mis estudios de Biología y entendí que el vino es un ser vivo, pura microbiología y bioquímica. Después seguí mi formación de Enología haciendo más hincapié en la viticultura. Pude empezar a trabajar en una pequeña bodega de Arlanza en la que  el 90% de su elaboración es viñedo viejo y sigo en esta zona porque creo que tiene un potencial increíble.

 V: Una Denominación de Origen y una varietal de uva.

Es difícil. Me gusta Arlanza, pero también otras D.O.s pequeñas, por descubrir todavía y que atesoran variedades autóctonas únicas y que es necesario recuperar.

 V: Qué deberíamos aprender de los vinos extranjeros y qué les podemos enseñar.?

Sobretodo que creen en su producto y tienen más claro el darle valor a la calidad. También el consumo de vino es mayor, no como aquí, que somos un productor de los más fuertes y el consumo no hace más que bajar.

Además existe mucha más camaradería entre profesionales del sector. Viticultores por ejemplo.

V:Un vino español y otro extranjero que se llevaría a una isla desierta.

Si es una isla desierta…no se podrían llevar cervezas? Jejeje

Me decantaría por dos vinos blancos fresquitos, intenos y con gran cuerpo, ya que es desierta, que me emocionen y distraigan de la momotonía.

Español: Un vino de Valdeorras, godello 100%, Godeval Cepas Viejas.

Extranjero: Un Champagne, o para mí “el champagne” Krug du Mesnil Blanc de Blancs 2003.

V: ¿Parker o Peñín?

Ninguno de los dos. No soy muy de gurús. Pueden hacer mucho daño con las modas y falta bastante objetividad.

 V: El mejor maridaje para sus vino.

Los 4 son muy diferentes, dan mucho juego a la hora de armonizarlos…

Desde un buen embutido, pates, foie, guisos, asados, platos de cocina hindú, caza e incluso postres de trufa o chocolates…

Lo más importante y lo que más influye a la hora de disfrutar un buen vino o una buena comida es el entorno que te rodea… ( lugar, compañía…)

 V: Bodega o Viñedo.

 Hay que estar en los dos sitios. Suena a tópico pero los vinos se hacen en la viña. En bodega se trata de no liarla.

 V: Un personaje histórico con el que le hubiera gustado tomar un vino.

 Con Cristóbal Colón. Hay documentos que aseguran que llevó vino del Arlanza a las Américas.

 V: ¿Qué considera más importante, variedad o terruño?

Es indisociable. Una variedad sin la expresión, los matices, los adornos, en definitiva, la complejidad del terruño, no es nada. Y al revés: una mala elección de planta a veces impide su expresión total. Son conceptos que habría que revisar ya que deben ir de la mano.

 V: ¿Qué debemos hacer para que en España se vuelva a beber vino?

Educación: El vino hay que considerarlo alimento,  forma parte de la vida cotidiana y de la dieta. Hay que entenderlo como parte de la gastronomía, siempre armonizándolo. Volver al concepto de bebedor social en cuanto que el vino implica celebración, familia, amigos, momentos. Y por supuesto darle una vuelta a la parte de comunicación de las bodegas e implicación de administraciones. Apuntar el objetivo hacia los jóvenes y esto conlleva romper un poco las normas, modernizarse, abrir un poco la mente.

V: ¿Cree positivo el intrusismo en el mundo del vino (“famosetes” metidos a bodegueros)?

Ante todo hay que ser profesionales. Mucha gente con dinero se ha metido en este mundo pensando en hacer dinero rápido y la realidad es más bien la contraria. En el mundo del vino, lo más importante es el tiempo. Ahora bien, si gracias a su estatus se consigue mayor presencia en los medios y mayor difusión del vino y de las bodegas, bienvenido sea.

V: ¿Qué opina de la introducción de variedades foráneas en España?

Hay que probar con todo siempre con criterio y profesionalidad. Tenemos zonas vitícolas con un potencial increíble, no sólo por sus variedades autóctonas. También existen variedades tremendamente adaptables y nosotros, por ejemplo hemos conseguido en el S.O. de Burgos a 860m. unos varietales de Petit Verdot muy interesantes, no sólo como mejorante de otros vinos.

 V: Menos ayudas comunitarias para la modernización del viñedo, importantes excedentes en las bodegas, bajadas de precios y de consumo… ¿Cómo cree que evolucionará el negocio?

Hay que seguir apostando por la calidad como forma de diferenciación. Volver a lo auténtico, artesano, con las manos, intervenir lo menos posible tanto en la viña como en la bodega. 

 V: ¿Cómo piensa que debemos acercarnos al joven consumidor? ¿Cree que el esnobismo que algunos han querido introducir en el vino ha perjudicado al consumo por parte de los jóvenes?

Claro que sí. Hemos comentado que habría que romper un poco las normas, acercarlo más a los jóvenes. No se puede hacer una cata hedonista de esas con parrafadas poéticas donde no se entiende nada. La gente joven quiere cosas sencillas, vinos fáciles de beber, honestos. En definitiva, quitarle un poco de “tontería”.

 V: ¿A qué le da más importancia a la hora de comprar un vino, a una zona vitivinícola en concreto o a la calidad del propio vino sea de donde sea?

A la calidad. Sea de donde sea. Aunque, afortunadamente, hay buenos vinos en todas las zonas.

V: Cómo ve la evolución en el mercado de los vinos biodinámicos? ¿Cree que el consumidor los sabe diferenciar de los vinos ecológicos simplemente por el factor “eco”, porque son más caros, porque son naturales, o porque no llevan aditivos?

Creo que aquí se está jugando un poco con la terminología. No sé por qué se tiene que llamar eco a lo que hacían nuestros abuelos de manera natural que era lo tradicional. Tampoco creo que en un certificado o un sello dé valor a lo que estás haciendo si no estás convencido de ello. Conozco vitivinicultores sin sello que les pegan mil vueltas a bodegas con él. Está claro que hay que intentar cultivar y elaborar de una manera lo  más natural posible, pero eso no implica que por estar elaborados así, nos encontremos vinos con más defectos que virtudes. Es un arma de doble filo.

V: Suponiendo que coincida conmigo en el hecho de que la presencia del vino español en el exterior debería ser mucho mayor (en muchos países salimos derrotados por goleada si nos comparamos con franceses, italianos o chilenos), ¿cuál cree usted que sería la estrategia a seguir para tratar de incrementar la venta de vino con Denominación de Origen en estos países?

Seguir creyendo en nuestra calidad, valorar lo que tenemos. Que no tenga que venir ningún gurú de fuera a decirnos que tenemos vinazos. Mientras las cifras más importantes estén en vinos a granel y en elaboraciones mediocres que van a precio, no saldremos del bache. Hace falta posicionarse bien.

V: ¿Cómo cree que afectará al futuro del vino el cambio climático y qué propuestas deberían incentivar las bodegas para combatirlo?

En zonas de altura como Arlanza nos vendrá mejor para que sean un poco más regulares las añadas y no tener tanta fluctuación. Hay que apostar por una viticultura más sostenible en su sentido más amplio aplicar métodos como la huella del carbono de forma casi obligatoria para ver cada uno dónde está y establecer así un plan de acción para ir mejorando poco a poco. No sólo bodegas, sino también la industria que se mueve a su alrededor.